El patio se nos quedó pequeño, lleno absoluto y orejas atentas, muy atentas.
El clima de complicidad que se creó hizo posible que los cuentos entrasen por el oído izquierdo de nuestros asistentes y se fundiesen en su imaginación.
Todos se llevaron un beso en el bolsillo... un beso cálido, sincero, corto en una cajita de color verde esperanza. ¡Muaaasss! de "Noelia la filaparaules".


Gracias por venir a todos aquellas/os que desde hace poco he tenido el placer de conocer y a las que he atrapado con mis cuentos, gracias a los habituales por asistir y ser tan constantes y mil gracias por el apoyo prestado de dos narradores profesionales que nos prestaron sus orejas y les gustó; Un aplauso para Susana Tornero y para Ignasi Potrony.
Gracias a Silvia y a Celia del Centro Cívico por confiar en nosotras. ¡Sois fantásticas!
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